Nunca una historia se parece a otra...
Todos los cuentos de hadas tienen por principio un "Erase una vez".

El maravilloso comienzo del mio decía así: "Un instante, un lugar, una sensación, un recuerdo...mil emociones". Cuando esas palabras se formaron en mi mente, el libro en el que se habría de escribir apareció en el aire, invisible ante el mundo, pero no para mi. Y comencé a pensar, el inicio era algo largo, tal vez nostálgico, romántico o quizás lejano, pero siempre perfecto. Pero, a partir de ahí, ¿que escribir?

Las paginas estaban en blanco, mi cuento carecía de argumento y el desenlace era algo tan incierto como el numero de estrellas existentes en el cielo. Tuve que desistir, cuando el sueño me venció, abracé el cuaderno y me dormí. A la mañana siguiente pasee durante horas esperando a que me viniera la inspiración, cuestión de magia, al rato la señal en palabras apareció y pude plasmar las primeras palabras: "El final de una historia es el comienzo de otra".

A partir de ahí, las paginas se iban llenando sin saber como ni por que. Cuando el primer capitulo estuvo acabado, releí lo escrito y llegue a la conclusión de que en mi propio cuento, las paginas se escribían solas, día a día, una nueva quedaba acabada, y a la mañana siguiente ya había otra preparada, cuando los capítulos finalizaban, otras nuevos inventaban su lineas...

Pero siempre con una sencilla frase al final: "Te Amo".
Entonces, si era mi cuento, ¿que iba a hacer yo? Leerlo, vivirlo, descubrirlo, guardarlo...
Dejarme atrapar en su historia, disfrutar del viaje y ser feliz por el privilegio de tenerlo.
Ahora, cientos de paginas después sigo leyéndolo, tuvo su inicio, tiene su argumento, personajes desfilan en el dejando su esencia y lo protagonistas siguen siendo el corazón del cuento.

Esta noche, leeré otra pagina y me dormiré, esperando con que nueva pagina ha de maravillarme y sorprenderme mañana...¿Y el final? Los cuento de hadas como el mio, no tienen final...